jueves, 11 de noviembre de 2010

Anécdotas de La Seño 5

CAPÍTULO 5




Lo malo de escribir este fic es que a veces las ideas no abundan. Y te quedas encasquillado. O con la mitad de un capítulo echo.
Para una vez que me interesa hacer un fic... es extraño que haya pasado incluso del primer capítulo.

La Seño ha decidido descansar un ratito de interné, lo ha apagado y ha decidido irse a la cocina a picotear algo en esa tarde tan aburrida. Ah, ya, ¿pero qué narices? ¡¡No hay nada en la cocina qué merezca la pena!! Siempre está el clásico leche con galletas, pero en esta ocasión a la Seño le apatece algo salado. Ni siquiera hay pan 'bueno' para hacerse un bocadillo con el poco embutido que hay en la nevera. Vaya borrio (?).

Habían frutas para comer, manzanas, naranjas y plátanos. Pero a la Seño no le hacía ilusión. Por pura suerte, encontró un paquete de papas que había por ahí... Quedaba poco, pero al menos eran de esas que tenían un regustillo picante bastante sabroso. La Seño se dispuso se coger la bolsa, le quitó la pinza y la abrió (opvio). Se fue al salón, pero antes de sentarse en el sofá encendió la tele, puso el Telecinco a ver el marujeo (es lo que tiene el aburrimiento, señores) y la bulla (que aunque la gente diga que no, hace gracia y al final eso mata el aburrimiento... aunque otras... te apatece tirarte por el rellano de las escalera :S) que se formaba.

Cuando iba a sentarse, de repente se tropezó con una zapatilla que había por allí. Lo extraño era que no le sonaba a ver visto antes esa zapatilla justamente ahí. Y la gata no había podido ser, puesto que estaba dormida justo encima del tendedero, en la zona más cercana de la ventana de cara al sol. Se dirigió al sofá como si nada, pero cuando se sentó... ¡encima de algo duro! (malpensadores, ¡iros a tomar viento y no volváis!) Resulta que era la otra zapatilla, dentro de la sabana, pero a la Seño no le sonaba haber visto hace unos minutos que algo sobresalía del sofá.

Esquemada (?), se sentó nerviosa y pensativa mientras miraba a la tele. Se terminó su bolsa de papas (aunque quedaban bien pocas) y hasta que no comenzó el Pasapalabra y no volvieron sus padres del largo paseo, no se volvió a levantar del sofá... exceptuando cuando había que ir de urgencia al lavabo, por supuesto. Si, una vida tan ajetreada que es capaz de hacer temblar los cimientos de las pirámides... (sarcasmo, ironía, lo que vosotros queráis llamarlo)

Decidió ir a su habitación, pero cuando abrió la puerta y entró, ¡pum! Se chocó con la papelera y la tiró, esparciendo por el suelo los papeles y pelos (¿?) que había dentro. Normalmente la papelera, que era más bien pequeña, estaba justo encima de la mesa más cercana de la puerta, y no recordaba ella haberlo dejado ahí... De repente, por el rabillo del ojo vio, mientras volvía a meter los papeles en el cubo de la basura, como algo parecía esconderse debajo de la cama, detrás de unas cajas.

La Seño preparó su látigo, con cuidado de que no lo vean sus padres, ya que desconocen la identidad secreta (¿?) de la cuál posee la Seño. Son demasiado sosos y agarrados y nunca lo entenderían...ni lo aprobarían. Ni siquiera se dignarían a comprarle o a remejorarle el látigo... ni a comprarse el traje de cuero ajustado ceñido negro que tanta falta le hace a la Seño.

Cuando se agachó y comenzó a apartar las cajas de debajo de la cama, vio como aquel ser salió disparado a velocidad luz y pasar por la puerta. Antes de salir escondió su látigo. En el salón estaban sus padres. La Seño se asombró de que no hubiesen visto nada, pero decidió disimular yendo al baño tranquilamente. Por el pasillo oscuro, esta vez se tropezó con algo y cayó redonda al suelo. Cuando se dió la vuelta, encontró lo que parecía ser una sombra... un personajillo como un duende pero totalmente invisible. Una invisibilidad un tanto extraña, ya que parecía una sombra negra.

Cuando la Seño le intentó tocar, se dio cuenta de que no podía... sacó su látigo e intentó pegarle un latigazo, pero apenas eso le hizo efecto. El personajillo duendecillo sombra negra de repente le hizo aparecer en la zona de la cara una sonrisa de oreja a oreja diabólica con colmillos sumamente afilados, y se desvaneció....

La Seño, preocupada, entró en el baño y decidió exfoliarse la cara. Tras acabar, decidió darse una ducha, tras la digestión (si, un poco tarde...) a ver si de paso se espabila un poco. Le pidió a su madre que le encendiera el calefactor (…) mientras ella preparaba todo en el baño. Cabe destacar, que la Seño suele tardar de entre 40 a 80 minutos en la ducha... si fuese un baño, seguramente tardaría una hora y media, incluso más. Y si está acompañada...ejem ejem **cof cof**, de eso todo depende de la situación (no preguntéis (bueno... sois libres si queréis)).

Salió de la ducha justo cuando dieron las once en punto de la noche. Muy tarde, pero se sentía super fresca y bien 'estabilizada' (¿?) tras esta reconfortante ducha. Además, le entró sueño, así que se iría a dormir de inmediato y bien fresca y cómoda. Tras ponerse el pijama y beberse un vaso de leche caliente (con nesquik, que no falte nunca 8P), fue a su habitación, preparó la cama, apagó la luz y se metió en ella. Y hala, a esperar a dormir.

Normalmente hay noches que la Seño tarda en dormirse como de una a dos horas, aunque hay veces que el tiempo no pasa o vete tu a saber cuando. Hay veces que ni siquiera duerme, o duerme muy tarde a pesar de que se acueste pronto y se despierte a las cinco... por ejemplo, se duerme a las tres pero se despierta a las cinco. Tiene demasiados nervios metidos en la cabeza (?). Hay quién sospecha que si duerme con alguien al lado o en la misma habitación (¡¡sin malpensar u os crujo!!) se duerme apenas a los cinco minutos... por que se sentirá segura, se supone. Echos corroborados (podéis preguntar por quién, como, etecé).

La Seño se acostó a las once y media de la noche y al parecer se durmió casi a la una de la madrugada. Según ella, ya sabe perfectamente que se siente cuando alguien se duerme. Muy fácil. Dejas de escuchar lo que estés escuchando, es decir, escuchas el vacío absoluto. No ves nada, a pesar de que tengas los ojos cerrados, y dejas completamente la mente en blanco.

Ella fue testigo de eso. Era una noche que estaba escuchando música, se dio perfectamente cuenta de cuando se durmió y como fue. Muy pocos logran sentir esa sensación y menos aún recordarla. Siéntate afortunado si alguna vez te sucede. ¡Y únete al club de 'yo también sé que se siente cuando te duermes'! Aunque de momento y oficialmente no exista...

Mmm, ¿qué es esto? ¡La sombra, el duendecillo invisible de antes va por ahí! Lo sé por que para algo tengo mi visor nocturno, coñi. Ese duendecillo macabro se está acercando demasiado a la Seño... los malpensaos estarán pensando algo 'ajquerozo' o similar, seguro (¿?). Vale, yo también. No imaginéis lo que se pasaría por la mente, no TT^TT (es un consejo). Se acerca a la cara de la Seño y... ¿oh? A modo agujero negro se mete dentro de la cabeza de la Seño... ¡a sus sueños! ¡Qué tragedia, con lo mal que lo pasa la Seño con las pesadillas! La gente piensa que puedes dominar tus sueños, pero... necesitas mucha 'fuerza'. Claro que si el duendecillo le da las pesadillas y [sueños] que a ella le gustan, bienvenido sea...

CONTINUARÁ

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Quinto capítulo... increíble.
No olvideís leer y comentar el resto de capítulos... xDDDDD Y este también, claro.

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